noviembre 21, 2007

la espera

Estoy cansada, cansada de luchar contra la corriente de una historia que crece, pero no se profundiza. Cansada de no poder gritar a los 4 vientos aquello que es la felicidad más grande que tengo
Cansada de que la felicidad se me arranque de las manos por no poder disfrutar de lo que siento...
¿Cómo es posible que lo mejor de mi vida al mismo tiempo me torture e impida mi plenitud?
Lo mejor que podría para dar ya es tuyo Lo mas grande que podría sentir ya golpea mi pecho La inmensidad de lo que tengo es totalmente para ti pero tú no quieres tenerlo, y haces que lo mejor de mi vida se convierta en mi peor tomento...
¿Cuando estarás preparado para escuchar lo que hace tiempo quiero decir? ¿Cuánto tendré que esperar para que tu corazón acepte lo que siento?
Espero que no sea mucho tiempo más, porque tal vez cuando decidas aceptar lo que tengo para ti ya no esté dispuesta a dar lo que hoy te entrego a ojos cerrados

noviembre 05, 2007

Primavera sin ilusión

Caía la noche y se encontraba sola en aquel dormitorio en donde un par de mese atrás era tan feliz, pero hoy sólo traía a su mente recuerdos, recuerdos que le trituraban los sesos y le arañaban el alma… no quería volver a dormir en esa cama, manchada por la desesperanza, pero no podía darse el lujo de cambiarse de casa, el dinero no lo permitía, en este viejo, pero bien adornado departamento era donde debía quedarse, aunque no pudiese dormir en esa cama y prefiriese hacerlo en el sillón de la sala. Se prometió superar lo sucedido, pero cada vez que atravesaba el umbral de la habitación volvía a vivir esa aterradora tarde de primavera en que los pájaros no cantaron para ella y las flores se marchitaron en su vida. Muchos años tendrán que pasar para que pueda superar el incidente, sacar de su mente aquel extraño saboreando su cuerpo como un carroñero come su presa, le era difícil olvidar el olor nauseabundo de aquel hombre que esa tarde entró a su casa y la violó sin compasión, cada vez que cerraba los ojos aquel personaje le resoplaba y gemía en su oído, mientras ella gritaba para no ser oída y lloraba tal como lo hace ahora y lo seguirá haciendo por mucho tiempo más… Siente su cuerpo sucio y se da un baño, pero no puede sacar la porquería que le ensucia el alma, el orgullo y su esencia de mujer. Quiere olvidarlo, pero todo a su alrededor se lo recuerda, hasta su propia cama, que ya no quiere usar y que no usará… prefiere dormir en el sillón… tratando de alejar las sombras de los fantasmas de aquel día, pero sabe que no lo hará, sabe que cada vez que sus ojos se cierren toda la pesadilla volverá…