Locuras en mi mundo

  Sentía que te perdía cuando te tenía. Sentía que te tenía y sólo te amarraba  Te amarraba a mi vida porque querías,  porque yo quería y tú te dejabas… Pero yo era libre, yo soy libre.  ¿Y tú, hasta cuando me dejas tenerte?  Déjame! Déjame que te amarre; O déjame!! Y ándate con tu vida.  Déjame … déjame y suéltame. Un futuro incierto, no existe un futuro… no existe un nosotros.  Para el mundo eres tú y soy yo. Pero somos nosotros, juntos por siempre.  ¡Suéltame! No me sueltes,  afírmame que desaparezco.  La noche me lleva y me pierdo.  Abrázame y llévate estos miedos,  las incertidumbres, los pesares y las culpas. Sólo afirma mi corazón mientras late por ti,  porque mi alma ya la tienes  en esta vida y en todas las que me quedan. Así, sin fecha de término….

¿En qué momento la vida se puso tan difícil? Pocas veces me he sentido acompañada. Pocas veces he tenido esa sensación de poder compartirlo todo con alguien. Pocas veces he tenido un amigo que me apañe en todo o me rete por mis malas decisiones. Pocas veces... o nunca, quizás. Pero hoy lo necesito. Y me siento más sola que nunca: tan rodeada de gente, y tan sola. Ahogada en mis sentidos, en mis ataduras, en mis vacíos. Estamos juntos, pero estamos solos. Cada uno en su mundo, cercanos, pero sin tocarnos. A veces nos engañamos y funciona. Pero estamos dispersos, rotos, mustios. Yo estoy dispersa. Rota. Mustia. Me miro al espejo y no me reconozco. Estoy atrapada en este cuerpo aburrido, soso, sin brillo. Y sin embargo, avanzo: tengo casa, auto, familia, un buen trabajo, éxito… ¿éxito? ¿A costa de qué? De dejar de ser yo. De soltar lo que me gusta, quien me gusta, mi esencia. No tengo cómo escapar. Esta es mi vida. Quizás, otra vez, fue una mala decisión. Pero ya no tiene remedio. Hay que...