octubre 22, 2008

un cafe....y unos ojos

Saliendo de la cafetería se encontró con sus ojos, no se detuvo, sólo siguió caminando... pero no pudo sacar de su mente esos ojos oscuros tan expresivos que le habían recordado todo lo que había sucedido hace un par de meses atrás. Esos ojos eran hasta hace 9 semanas los ojos de su vida, por ellos era capaz de morir o matar; esos ojos eran con los que había soñado iba a estar toda la vida. Pero simplemente no resultó, los temores del pasado que siempre acecharon su relación finalmente conspiraron para separarla de esos ojos que aún creía la miraban a ella.
No había dejado de amarlo, por más que intentó, no podía eliminar a ese hombre de su vida, la perseguía cada noche al dormir sola y mirando la pared para sentir menos su ausencia. Nunca pensó que sería capaz de sobrevivir sin él, porque en su vida lo era todo, pero ahora sabía que la vida no se había acabado cuando él se marcho de la casa que compartieron más de un año.
Día a día trataba de olvidarlo, intentaba no llorar cuando el alba la sorprendía despierta y pensando en él. No tenía ganas de pelear, por eso decidió dejarlo marchar. Ya no quería seguir esperando lo que nunca llegaría.... las excusas siempre afloraban cuando el tema se presentaba, nunca llegaron a un acuerdo. Siempre terminaban durmiendo de espaldas y sin hablar, pero nunca solucionaron nada... Ella quería quererlo, pero él no la dejaba. Ella quería una vida con él, pero no podía planearla sola. Cada vez que las cosas iban bien él la frenaba bruscamente, recordando de maneras drásticas que sus vidas no estaban ligadas eternamente y que algún día el nexo que hoy los mantenía juntos desaparecería, finalmente desapareció . Probablemente era por miedo, por no sentirse atrapado, por querer ser libre.... pero nunca supo expresarlo, simplemente la dejaba con una amargura en su pecho, que poco a poco se fue acumulando y un día simplemente explotó.
Él era lo que ella quería en un hombre, pero nunca fue capaz de decirle que realmente necesitaba lo que siempre le había pedido y que él tan rotundamente le había negado. No eran autos, ni joyas, ni matrimonio, ni hijos.... sólo un poco más de compromiso....
Hoy al ver sus ojos tristes pensó que tal vez se arrepentía de haberse marchado, pero no esperó a averiguarlo... quizá él sólo necesitaba tiempo... pero ella se había aburrido de esperar.
Se sintió en el aire que se querían, quedó el ambiente con aroma de amor, pero ese amor que se muere por la indiferencia y la amargura de no compartirlo con quien se ama... y todo por unas simples palabras.....
¿Qué hubiese sucedido si él hubiese dicho "te amo"?
Ella sigue pensando en sus ojos y en lo vacía que está su casa, no puede dejar de amarlo, pero ya no está dispuesta a amar sola...
Él la vio cuando salió de la cafetería y simplemente pensó que quería estar con ella más que nada en el mundo, pero la amaba?
La vida es injusta... No puedes estar con quien no amas, pero tampoco pidas que te amen sin amar...
"Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró.
Yo voy por un camino; ella por otro;
pero, al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día?
Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?
"
GAB

agosto 23, 2008

shit!

"Cuando tiras mierda para todos lados
no esperes que otro limpie por ti"
x ahora nada más...

julio 16, 2008

Ella y Él

En ese mismo lugar donde todo comenzo hoy pensaba en el término de la relación. Ya no sabía que más hacer para enamorarlo, ya se había cansado de estar siempre esperando que una palabra de amor saliera de sus labios. Quizá era tiempo de separar sus caminos, tal vez ya no había nada que los uniera. Junto a sus pensamientos la recorría el dolor del desamor, se sentía como una quinceañera...

A su lado el mundo giraba más lento y el tiempo pasaba más rápido. Junto a él los días eran inolvidables y las noches ardientes. Ella lo había llegado a amar, séntía que cada una de sus células estaban enamoradas de él y moría lejos de su cuerpo; pero él no staba dispuesto a amarla, simplemente el miedo era mayor... miedo.... miedo a qué???
Ella llegó a proyectarse a su lado, se imaginaba subiendo a la camioneta que él siempre había soñado, con el perro que él siempre había querido, él conducía y ella lo acompañaba y juntos viajaban al campo, placer que los unía. Pero desde hace unos meses ella ya no subía a ese automóvil. Lo veía a él solo con su perro y poniendo seguro a las puertas, mientras ella se quedaba abajo mirando como se alejaba por el camino polvoriento... finalmente quedaba sola...

Eran tan felices, pero las dudas que él había clavado en su corazón la hacían desconfiada y triste. Se sentía un estorbo en su vida, pensaba que él podía seguir su camino solo, mientras ella se desvanecería si él y la repiración se le haría dificultosa, pero prefería eso que estar en una relación con tanta falta de amor...

Las lágrimas le brotaban a borbotones de sus ojos cansados y tristes. Aún en el mismo sitio del principio seguía pensando en el doloroso final.... hasta que al fin vio que él se acercaba a lo lejos. Su cuerpo se estremeció, se sintió mareada y las cosquillas de antaño volvieron a invadir su estómago. Ella lo amaba, lo ama y lo amará por mucho tiempo más, pero.... que siente él???

junio 10, 2008

Preguntas sin respuesta

Son tantas las preguntas que quedaron el aire
Son muchas las dudas que rondan mi mente
Son infinitas las respuestas que necesito
Son innumerables mis enredos cerebrales
Responde!
Sólo quería saber cuando fue la última vez

Sólo necesitaba saber por qué

Sólo bastaría una palabra

Sólo esperaba sinceridad
Silencio
Creo no merecer indiferencia

(como la tuya)

Creo ser suficiente para muchos

(menos para ti)

Creo que puedes dar lo que quiero

(pero no quieres)
Sinceridad....

Es mas que una palabra,

son hechos....

Aunque con palabras me conformo

no más silencio!!!

Amor

Se necesita amor para responder

Necesito amor....

Se requiere valentía para hablar

Háblame...

La verdad cierra círculos

Y el mío aún sigue abierto....

mayo 16, 2008

Enamorada de tu reflejo en mi mente

No sé cuantas veces le he dicho que estoy enamorada de él, creo que demasiadas como para llevar la cuenta, serán unas cientas, unas miles de veces?? no sé, pero hace un par de semanas me di cuenta que tal vez no es de él de quien estoy enamorada... sino de lo que espero que él sea, una pequeña comfusión que revuelve mis sesos y que trato de evitar. Será que lo que realmente me gusta es la sensación de que algún día va a hacer aquellas cosas que tanto me gustan?

Tal vez no me gusta ver televisión con él, pero espero que algún día, mientras estamos pegados a esa "caja mágica" me invite a dar un paseo por la playa, sólo caminar tomados de la mano... Quizá no me gusta quedarme en casa los fines de semana y sólo deseo que vayamos a tomar un trago a un pub con música alta... Tal vez ya no quiero ser yo la que dice te quiero y espero que me diga te amo y todas esas frases lindas que decía cuando recién empezamos.... Quizá no quiero dormir después de hacer el amor, quiero quedarme despierta toda la noche escuchando lo que significo para él... Tal vez no quiero salir en grupos a bailar y sólo espero que él necesite momentos a solas conmigo... Quizá ya me aburrió la monotonía de la relación y quiero que me sorprenda... Tal vez me importe más de lo que pienso que no me considere en sus fines de semana y espero que por alguna vez invente un panorama en que los dos solos podamos estar juntos y pasarlo bien... Quizá estoy cansada de entregar tanto amor y recibir sólo mentiras y duda a cambio... Tal vez no debería pensar que estaré siempre para él y quiero que me reconquiste...

Quizá pido demasiado... Tal vez nunca sérás lo que quiero, aunque alguna vez lo fuiste y no sé que pasó que se te olvidó que tienes que reencantarme y no dejarte estar.... Quizá debería olvidar lo que quiero y aceptar lo que eres... Tal vez no estoy enamorada de ti... Quizá sólo esté enamorada de tu reflejo en mi mente

abril 11, 2008

Mentiroso!

Las mentiras son tu vida,
cada día una nueva falacia,
cada día una nueva desilución.
Pero la porfiada verdad no te deja
La verdad te persigue,
me busca y me encuentra...

Siempre sale a la luz,

lamentablemente para ti....
Una y mil veces lo repito:

Una verdad dolorosa es mejor que una mentira tierna

No me digas te quiero si mientes
No me lo digas porque no lo creo
¿Cómo creer lo que dices si mientes?
¿Cómo creer que en ese instante no mientes?
En la cama revolcados de pasión ¿real?
Viviendo una vida de ¿amor?
Amándo a .... ¿a quien estoy amando?!
Qué parte de ti es real y cual una mentira
ya no se sabe el límite, quizá no hay límite
Aprende a vivir con la verdad,
aprende a evitar la mentira,
mientras no puedas con eso
no me digas nada, porque simplemente
NO TE CREO...

abril 01, 2008

Algo de soledad y remordimientos

Salía de aquel viejo hotel en el que encontró refugio después de aquel jueves, cuando no supo que hacer al ver esa escena que no podrá olvidar. Al pasar el pórtico de la recepción la realidad del invierno santiaguino la hizo volver a este mundo, se cubrió del viento frío con el cuello de su abrigo y junto al sonar de sus tacones se alejó lo más rápido que pudo. Mientras caminaba por la vereda desierta la lluvia empezó a cubrir de finas gotas el cabello rizado que enmarcaba su fino rostro, quizo correr, pero se dio cuenta que de sus pensamientos no podría arrancar, la traición de sus emociones comenzó a mezclarse con la lluvia, haciendo que el llanto y la tormenta se hicieron una.
Finalmente logró abrir la puerta de su departamento, estaba todo tirado, igual que el día que lo abandonó corriendo por el lobby, cada rincón de ese lugar le recordaba lo sucedido y el dolor volvía a ser tan fuerte como aquel jueves de un año atrás. No quizo seguir martirizándose, sólo tomó los papeles que necesitaba y volvió a salir, con la convicción de no volver jamás. Vendería el lugar y se iría a España, tal vez allá olvidaría la sangre que tiñó sus zapatos ese maldito día.
Habían pasado 318 días, los contaba en el calendario que veía a diario en el velador del hotel, y aún no podía olvidar la escena de Andrés, recordó que la habitación principal estaba desordenada y corrió al cuarto de baño al escuchar una voz moribunda que la llamaba: Amanda, Amanda. Casi hipnotizada por el sonido caminó al baño con el corazón latiendo más rápido de lo normal, no quería abrir la puerta, la aterraba lo que encontraría al otro lado, su instinto le impedía moverse más rápido, inspiró profundamente y entró. Ahí lo vió, tirado en el baño, las muñecas cortadas y un tip-top al lado del escusado. Se acercó a él y sus zapatos de día Domingo quedaron para siempre manchados de sangre, nunca logró quitar a Andrés de sus tacones preferidos, meses después desistió de la idea y terminaron al final del closet de su vivienda temporal.
Sabía que ya no había vuelta atrás, sabía que era inutil llamar una ambulancia, sabía que no quería llamar a nadie... lo miró a los ojos y con su suave voz le dijo, "tú quisiste que fuera así, no puedes culparme por tu muerte". Con las últimas fuerzas que Andrés tenía sólo atinó a decir, "no puedo vivir sin ti, prefiero morir que no tenerte" y se desmayó. Aún tenía signos vitales, pero su pulso era débil, no pasaron 5 minutos y Andrés dejó el mundo terrenal para siempre
Los primeros meses que Amanda vivió en el Hotel pensó que Andrés había deseado morir y si esa era su decisión ella no debía interponerse, pero pasado el tiempo esta idea se transformó en un castigo a su conciencia, la idea de haber podido salvarlo martillaba su cerebro día y noche, ya no pensaba en nada que no involucrara a su hermano, lo había conocido casi un año antes de su muerte, su padre se lo presentó como "tu hermano", era fruto de una aventura que había tenido cuando recién se había casado de con su madre y mientras estaba embarazada de ella. Al principio no supo como actuar pero poco a poco lo fue integrando en su vida, hasta llegar a ser tan cercanos como si se conocieran desde siempre. Fue en una de esas tardes en que se juntaban a tomar café después del trabajo, Andrés le confesó que estaba enamorado de ella, fue un viernes cuando el verano casi se marchaba. Desde ese día Amanda no lo llamó y trató de evitarlo, pensó que tal vez así se le pasarían los incestuosos pensamientos que rondaban su cabeza. Pasó casi una semana y Andrés no había dado señales de vida, "tal vez sea mejor así", pensó. Y como todos los días se tomó su café después de la oficina, esta vez sola, y se dirigió a su casa, siempre los jueves eran días pesados, lo único que quería era tomar una ducha.
Andrés se paseaba nervioso su pequeño departamento en el centro de Santiago, nunca le había gustado realmente, pero le servía para llegar temprano a su trabajo en la sucursal de Ahumada. Ordenó su ropa en una maleta de viaje, limpió el living, cortó el gas de la cocina y salió rumbo a la casa de Amanda. Sabía que ella guardaba una llave extra en la planta de la entrada, en un rincón oculto para los ojos del resto, pero que él conocía perfectamente. Había tomado la determinación y tenía que ser en su casa, de esa forma pensaba que no lo olvidaría. Nerviosamente subió los 5 pisos que lo separaban de su objetivo. Entró hasta el dormitorio y la recordó junto a cada una de sus pertenencias, al ver sus cosas adquiría más fuerza, eran las 10 de la mañana del jueves y decidió sacar el cartonero que tenía en su bolsillo izquierdo, entró al baño y cortó sus venas, en ningún momento se arrepintió, sólo quería que ella llegara, pero pasaron más de 6 horas antes que se cumpliera su deseo... A penas pudo vislumbrar su silueta, sus rizos le rozaron la cara, lentamente fue muriendo en sus brazos. Lo había logrado, estaba seguro que no lo olvidaría.
Amanda recordaba cada vez con más nitidez la escena y compredió que ella también se había enamorado de Andrés, que a pesar de intentarlo no podía olvidarlo y no tenía ganas de vivir sin él. Tomó la determinación, rápidamente entró a la librería de la esquina y pidió con voz firme y decidida "un cuchillo cartonero por favor"

febrero 13, 2008

Contigo, pero sin ti

El helado se derretía esperando que probaramos un bocado, pero lo único que podía hacer era mirar por la gran ventana que nos separaba de la calle. El jugo que pedimos pasaba espeso y con dificultad por mi garganta anudada por la angustia. Era un día decisivo... escuché tu historia de traición con los ojos llorosos y sin poder mirarte a la cara, sólo pensar que la besaste como a mí me producía asco, cómo creer que no te acostaste con ella? Me sentí tonta cuando me dijiste eso, pero no me quedaba otra que pensar que era verdad, quería creerte, necesitaba creerte. Dijiste que no querías perderme, que era importante en tu vida y que querías renacer conmigo, pero tengo que pensar que dices la verdad? Cómo lo logro si lo único que hiciste antes fue mentir?
Finalmente dije que tendrías otra oportunidad, sin convicción, pero necesito saber si lo nuestro es amor, mejor dicho, tengo la esperanza de que así sea. Pero hoy tengo miedo, miedo a no poder creer más en ti. Un día te di las gracias por enseñarme a volver a creer en el amor y hoy la inseguridad es mi mala consejera y se niega a que vuelva a creer en ti...
Has algo para que la confianza regrese, no quiero estar así, pero no quiero estar sin ti.

Perdonar o ser perdonada

Caminaba por la calle mirando el suelo, era la forma más fácil de pensar... porque en ese momento mi cabeza estaba confundida y lo único que necesitaba era ordenar las ideas. Qué era lo que tenía que hacer con todo lo que sentía? Era verdad que lo amaba más que a mi propia vida, pero su traición había creado un cráter en mi corazón y no sabía si podría verlo a la cara nuevamente, me desesperaba pensar que no lo tendría más a mi lado, pero no podía permitir que me humillara de esa forma. El orgullo y el amor estaban en una batalla sin tregua en mi mente cuando sentí un choque en el hombro, sólo atiné a pedir disculpas y al tratar de seguir me encontré con unos ojos conocidos. Era el hombre que antes había destruído mis ilusiones y al que en algún momento odié, pero en ese momento me di cuenta que ya todo ese sentimiento se había pasado, porque hace 2 años no veía a mi "ex" y hoy me lo topaba en medio de la calle, justo hoy cuando mi pareja actual estaba casi en su mismo sitial... Conversamos de su vida y de la mía, me dijo que tenía los ojos tristes y en ese momento no podía aguantar las ganas de llorar, pero me contuve, no sabía como tenía que reaccionar frente a ese deconocido que me conocía más de lo que recordaba. Le dije que fueramos a tomar un trago, ya eran más de las 7 de la tarde y me pareció pertinente, aceptó la invitación y fuimos a un local alejado del centro, pero muy concurrido. No sé por qué, pero sentía que estaba haciendo algo malo, sentía que estaba traicionando a mi pareja... pero me acordaba de su mentira y esos sentimientos se esfumaban.

Luego de varios tragos ya lo único que hacíamos era recordar los buenos momentos del tiempo que estuvimos juntos, casi 4 años de altos y bajos, pero en ese momento sólo los recuerdos buenos salían en la conversación. Me empecé a sentir algo mareada y el ambiente caluroso empezó a subir el tono de la conversación. A esas alturas ya ni recordaba que estaba triste, en mi mente sólo apareció un objetivo: sexo

Fui al baño y al pasar por su lado le susurre al oído "tengo ganas de portarme mal, podríamos recordar viejos tiempos" y seguí mi dirección. Al volver estaba de pie junto a la mesa, la cuenta estaba pagada y me dirigió a su auto. Sin decir nada llegamos a un motel, ese viejo motel que tanto nos gustaba visitar cuando estábamos juntos. Me bajé y el ritual que tantas veces hicimos se repitió, deja vu, seguíamos sin decir nada, sólo entramos y al pasar el umbral de la puerta nos desvestimos tan rápido como pudimos y nos lanzamos uno contra el otro, en una búsqueda desenfrenada de placer.

Mi cuerpo sudoroso se mezclaba con el suyo, tan caliente como lo recordaba; sus manos me tocaban entera, sin olvidar ningún rincón de mi cuerpo, y las mías sin saber que hacer recorrían su torso desnudo y palpitante. Por un tiempo olvidé todo y sólo disfrute del momento... sabía tan bien lo que me gustaba, conocía tan bien mis puntos débiles, me hacía gemir, chillar, gritar de placer... La lujuria invadía la habitación, mis labios juguetones buscaban su virilidad y lo hacía retorcer de pasión. Esa noche era capaz de todo, esa noche disfruté el momento.... Tenía todo su miembro en mi entrepiernas y cabalgaba para amansar ese semental caliente. Subía el orgasmo culposo por cada una de mis venas y por fin la explosión llegó, sentí que me derretía en su piel y la sabia de su cuerpo se hacía parte del mío... quedamos muertos, con los recuedos enredados y la mente revuelta...
Me vestí y nos fuimos... no dijimos nada... un desabrido adios fue lo último que le dije, sin intercambiar números, ni direcciones... todo había sido cosa de una noche, sin remordimientos...
Al entrar al departamento revisé mi teléfono y había más de 10 llamadas de Juan Pablo, decidí no llamar, sólo me acosté... mañana sería otro día y tendría que decidir muchas cosas: contar mi aventura o callar; perdonar o terminar; retroceder o avanzar.... pero esas serían decisiones de mañana, hoy sólo quería dormir...