abril 28, 2007

Jueves 16!

Eran las 6 de la tarde y mi cabeza giraba a 100 kilómetros por hora, quedaban aún 3 horas para nuestro encuentro y no podía dejar de pensar en eso. Mentalizaba mi clóset completo buscando el traje ideal para esta noche, definitivamente tenía que ser el mejor, después de todo, esta sería una noche especial, que recordaría para el resto de mi vida.

Hacía un mes exacto que le había confesado a Fernando mi realidad, esa fría noche de Mayo en que nos tomábamos una botella de ron y cuando él se puso más cariñoso de lo normal fue cuando le dije que era virgen, al principio no me creyó, y se rió de buena gana. Comprensible, ya que, en estos tiempos, es raro encontrar una mujer de 20 años sin experiencias sexuales. Pero cuando se dio cuenta que era verdad la conversación cambió de rumbo y se puso seria, le comenté mis motivos y él los respetó, comprendió que no era por falta de oportunidades, sino por una decisión personal. Así pasaron las semanas y no volvimos a hablar del tema, hasta que, la semana pasada decidí hacerle una proposición...

Me dí cuenta que Fernando era el hombre que había estado esperando, estábamos juntos hace poco tiempo, pero lo conocía desde que éramos unos niños y su forma de ser y comportarse conmigo me dieron la valentía para decirle que quería que fuera el primero... en realidad, desde la misma noche que se lo conté había tenido la idea, pero me demoré 3 semanas en decírselo, después de todo igual sentía pudor. Me armé de valor y le dije que nos juntáramos en un café cercano de mi departamento. Sin rodeos le plantié mi idea y recuerdo su cara de admiración y el rubor de sus mejillas... yo firme y sin amilanarme sostuve la mirada y esperé su respuesta.

Después de dar explicaciones y un discurso algo enredado terminó por decirme que estaría "encantado de tener el honor".... esa frase algo cliché hizo que la presión sanguínea me subiera por las nubes y mi cara se pusiera roja como un tomate. Finalemnte seguimos conversando de la vida cotidiana de cada uno y fijamos el día y lugar de la cita, que sería una semana después de esta conversación, es decir el jueves 16...

Me puse un jeans, que después descubriría era bastante ajustado; una polera algo sexy y una chaqueta. Llegué al lugar en que nos veríamos a las 9 en punto y ahí estaba él esperándome. Fuimos hasta su casa, donde hablamos mientras la botella de ron blanco bajaba rápidamente, se notaba que los dos estábamos nerviosos, porque ambos sabíamos como terminaría todo esto. Cuando quedaba muy poco en la botella, Fernando me abrazo fuertemente y me dio un beso tan apasionado y ardiente que sentí que se me iba la respiración. Empezó a acariciarme lentamente por sobre la ropa, junto con murmurar palabras casi inconexas. Yo estaba nerviosa, pero respondía a sus besos con lujuria y movía mis manos por su cuerpo por isntinto, ese instinto animal que se apoderó de mí esa noche... primero sacó mi polera y me besó el torso semidesnudo, su mano dercha desarochó el sostén mientras la izquierda me cogía por la cintura y aprisionaba su cuerpo contra el mío. Yo, con mi inexperiencia sólo atinaba a besar su cuello, deslizar mis manos por su espalda desnuda y contorsionarme como gata en celo... el calor que en ese momento me embargaba se expandió a toda la habitación cuando sentí su mano en mi entrepiernas húmeda, con algo de dificultad se deshizo de mi pantalón ceñido a mi cuerpo más que de costubre. Dulcemente me despojó de toda la ropa y quedé vulnerable a sus garras de lobo cazador sobre su cama. En sus ojos veía lujuria y exitación que se transformaba en ternura y pasión cada vez que rozaban nuestros cuerpos. Nunca olvidaré lo que dijo "No puedo decir que no dolerá, pero trataré que sea lo más placentero posible", es una frase bastante cursi, pero que en el momento hizo el efecto que quería, me relajé al máximo, me dejé llevar por su destreza y disfruté el momento...

Su cuerpo sobre el mío era la gloria en la tierra; los movimientos de vai ven que coordinaban nuestras caderas eran fuego y ardor en el mismo infierno; sus labios recorriendo mis pechos eran lascivia que convertían mis suspiros en gemidos desenfrenados. Mis ojos le pedían a gritos que no se detuviera, que siguiera recorriendo cada rincón de mi ser.... Juntos nuestros cuerpos llegaron al punto sin retorno que es el orgasmo, sentí que una fuerza subía por mis pies y otra bajaba desde mi cabeza, ambas se encontraron en mi abdomen y el choque provocó una lluvia de sensaciones, colores y sonidos que me llevaron hasta el séptimo cielo.

La intensidad se detuvo y me besó con tranquilidad y afecto. Todo había terminado, nos abrazamos fuertemente y lo único que pude decir fue "gracias por hacer este día inolvidable".... su silencio me reconfortó. Me dormí.

Hoy recordé este día que ya se ha hecho lejano, vuelvo a sentir los nervios de aquella noche y mi estómago se retuerce de la emoción. Ya no estoy con Fernando, pero se transformó en parte de mi historia, cada vez que recuerde este momento tan importante inexorablemente lo tengo que rememorar a él . El amor que alguna vez le tuve hoy pertence a otro corazón, Fernando sólo se ha convertido en recuerdos...

5 comentarios:

vary dijo...

Nuestra vida esta hecha de huellas, de marcas, algunas son tan profundas que siempre se vuelve a pasar a través de los recuerdos.
Que bueno, por ti ,que esta sea una de esas hermosas huellas.

@slz_ dijo...

"Juntos nuestros cuerpos llegaron al punto sin retorno que es el orgasmo, sentí que una fuerza subía por mis pies y otra bajaba desde mi cabeza, ambas se encontraron en mi abdomen y el choque provocó una lluvia de sensaciones, colores y sonidos que me llevaron hasta el séptimo cielo"
Me acordé de cuando fumaba pasta base.

Princesa Dariak dijo...

Que decir?...
me dejaste :O

Serà tal vez porque tengo un proximo encuentro, que serà nuestra primera vez... y me siento primeriza... ja.

Un abrazo de Luz.

Humberto dijo...

Vine hace un par de días, y no leí... no pude leer. Me faltaba algo, concentración tal vez.
Ahora que leo entiendo. Tus palabras, esta historia que nos regalas... es un sueño que tengo. Quisiera que estas lineas las escribiera una persona, de la que lo único que puedo esperar ahora es que me recuerde...
Me sentí extraño leyendo, ahora que me retiro, no es menor ese sentimiento.

Besos sin tiempo.

r dijo...

Que quieres que te diga, hot muy hot.

y como siempre, cierras con un parrafo romanticon y positivo, muy tuyo.

saludos